El cristal es una isla que despierta el recuerdo de un anhelo, un ensueño de lo incorruptible donde nada sucede si no es la pura actividad de mirar: realidad pura de la visión, como si el ver pudiera al fin verse a sí mismo, y la mirada pudiera, volviendo a su punto de partida, verse realizada. Cuando miramos un cristal tenemos la rara impresión de encontrar, al fin, el objeto adecuado de la visión, lo que la mirada persigue y nunca encuentra nos comenta Maria Zambrano, pero, en el interior de los cristales, a veces, se cruzan algunas sombras que entenebrecen la pura visión de lo cristalino y es en este impass donde se encuentra una fotografía que tiene características de caleidoscopio, un juego de espejos que funde y rompe, al mismo tiempo, el espacio, los objetos y las figuras que se encuentran en el interior de este espacio evanescente. De todos modos no solamente pasa aquello que nos comentaba Mercedes Replinguer sino que en estos lugares de fragilidad extrema es donde dirijo la mirada de forma no convencional con la finalidad de fractalizar el contorno y obtener una visión más atribuida donde el que sucede a uno y otro lado del laminado se transductaliza a un nuevo escenario de relaciones. Tal como comenta Miguel Cereceda, y a pesar de mis restos visuales, no se trata de un intento desesperado de representar visualmente algo que mis ojos azules no podrían percibir en total plenitud sino que es el ralentizar unas sensaciones mayoritariamente mundanas que por su futilidad, no acaban de percutir en el sentir de quién habitualmente transita por el lugar. Irreality’s son una serie de imágenes donde a través de soportes que reflejan realidades evoco irrealidades o visiones reflejadas a través de elementos pantalla que son capaces de reproducir imágenes con cierta dosis de fragilidad